Me voy
a atrever con esta entrevista a profesor Carlo García Gaul aparecido en https://elpais.com/elpais/2018/02/05/eps/1517841144_118374.html.
Primero indicar que es “catedrático (emérito) de Filología
Griega en un mundo que le ha vuelto la espalda a los saberes clásicos”… “Hace poco fue elegido
para ocupar el sillón J de la Real Academia Española.”
“Ahora los alumnos leen muy poco. Fuera
de lo que es obligatorio, no saben nada. Pasan mucho tiempo dedicados al móvil
y no les queda casi nada para leer.”
"Eso le debe parecer un horror, ¿no? Soy sobre todo lector y todo lo que he
escrito tiene que ver más con mis lecturas y menos con mis experiencias
personales. Para mí, leer es entrar en un mundo de horizontes casi diría que
infinitos. Y donde hay figuras dramáticas y situaciones y épocas que son mucho
más interesantes que mi propio contexto. Quien no lee está limitado a sus
circunstancias más próximas: los vecinos, la tele, los juegos. Para mí, la
lectura es como un campo de correrías. Siempre he leído y he escrito lo que me
ha gustado. Seguramente por eso soy mal ejemplo para filólogos. Decía Martín de
Riquer en una entrevista, aunque no es del todo exacto: “Yo no he trabajado
nunca. Todo lo he hecho por placer”. Yo creo que no es incompatible lo uno con
lo otro, pero a mí me pasa lo mismo: todo lo he hecho por placer. Cuando llegue
al más allá no haré reclamaciones.”
"¿Cómo ve las cosas ahora? Hay un prejuicio funesto que es el de
la rentabilidad. Obtener algo de inmediato, que la gente estudie para
colocarse. Conocer unas cuantas materias y un poco de inglés. Creo que todo eso
es un empobrecimiento. El ser humano tiene unas capacidades imaginativas, y de
memoria y de entendimiento, que se abren con la cultura. Pero eso a los
Gobiernos de ahora no les interesa. No es rentable para ellos como políticos y,
piensan, tampoco es rentable para los que tienen que colocarse. Pero reducir la
vida a eso es un poco triste. Hay tiempo para todo: se puede ser un buen lector
y un buen ingeniero. Esta es una batalla, la batalla de las humanidades,
perdida. En grandes líneas. Pero puede haber focos de resistencia. Hay que
volver a las barricadas, individuales y de pequeños grupos. El lector seguirá
existiendo, aunque sea en este mundo hostil. Serán minoría, pero existirán. La
lectura está unida a la crítica y a los grandes horizontes. La gente que no lee
es gente de mentalidad muy reducida: viven en la prisión del presente.
"¿Hay alguna salida? Es difícil. La vulgaridad tiene siempre a su favor la
facilidad. Es muy fácil ser vulgar, ser como todos, el mínimo común
denominador. Es lo que hay.”
En mi
humilde opinión, esta entrevista no tiene desperdicio. Para los que nos gusta
leer y escribir debería de ser un punto de encuentro y lucha.
Pertenezco
a la ya casi extinta rama de Bachillerato de Letras Puras: latín y griego. De
las de antes de morirse Franco. Es cierto que ya entonces éramos minoría (una
clase y pequeña). Ahora el profesor o profesora de latín o griego tienen en los
institutos (que yo conozco) como mucho diez.
Las
humanidades no sirven para ser productivos. No sirven para ganar mucho dinero
por eso, como dice le profesor “…Hay un prejuicio funesto que es el de la
rentabilidad. Obtener algo de inmediato, que la gente estudie para colocarse.
Conocer unas cuantas materias y un poco de inglés. Creo que todo eso es un
empobrecimiento.”
Las lenguas muertas están muertas y enterradas. La
filosofía se enseña pasando de puntillas sobre ella. Las antiguas letras
fallecieron hace tiempo. Las universidades de “letras” sirven para muy poco (en
cuanto a salidas profesionales). Estudia una carrara ( o grado) y después, si
tienes ganas, haces algo de letras…, sería la consigna actual.
Otro tema es la lectura. Cierto es que los temas de
lectura que llevan los currículum de ESO y Bachillerato son como para darles de
comer a parte. El lenguaje de Cervantes está más lejos que Parque Jurásico (la
película, no sea que haya que leer). Don Juan Tenorio, de ese tal Zorrilla (con
perdón por el taco) no es más que un manipulador, machista y maltratador y que,
además, habla en verso. Y no hablemos de “El Lazarillo de Tormes”, maltratado,
explotado, un modelo de lo que no hay que hacer con un niño.
Después de estas consideraciones socarronas, me gustaría
volver a la verdad. El latín se extingue… siempre y cuando no sirvan para los
latinajos de los abogados.
El latín y el griego se extingue… siempre y cuando no
sirvan para diferenciar el argot médico o farmacéutico.
La Filosofía se extingue… siempre y cuando no se pueda
llevar al cine.
La lectura pierde adeptos. Pero no es la lectura, es el
esfuerzo el que pierde adeptos. La lectura de imágenes gana adeptos día a día.
Leer, es decir decodificar signos gráficos, requiere algo que se está
perdiendo: tiempo.
El tiempo
es un bien preciado que hay que devorar como si nos faltara. La inmediatez mata
la curiosidad. También facilita la comunicación instantánea. Vamos a hacer un
ejercicio de imaginación (sí, eso de las películas en las que le personaje pone
los ojos en blanco o se funde la imagen y aparece en otro sitio). Colón “tropieza”
con América en 1492.
Como dice la gran enciclopedia del saber mundial, la
Wikipedia: Salió de puerto de “Palos
el 3 de agosto de 1492 y se dirigieron a las Canarias, donde se tuvo que arreglar el timón de la Pinta. El 16 de septiembre, las embarcaciones alcanzaron el mar de
los Sargazos y el 12 de octubre llegaron a "la isla de Guanahani". Colón siguió con su periplo por El Caribe llegando a Cuba el 28 de octubre y a La Española el 5 de diciembre. El 24 de diciembre la Santa
Maríaencalló en las costas de La Española y con sus
restos se instaló el Fuerte Navidad.
La expedición emprendió el regreso el 16 de enero de 1493 y unos días más tarde
una tormenta separó las dos naves. La Pinta, al mando de Pinzón, llegó a Bayona (Galicia)a
finales de febrero y anunció a los Reyes Católicos el
descubrimiento.1 Entre tanto, la Niña, en la que viajaba Colón, hizo escala el 17 de febrero en la
isla portuguesa de Santa María,
en las Azores, y el 4 de marzo recaló en Lisboa, tras siete meses y doce días de viaje. El día 15 Colón
regresó al puerto de Palos y el mes siguiente fue recibido en Badalona por los reyes.”
Es decir, salen el 3 de agosto. Llegan 12 de octubre. Emprenden
regreso el 16 de enero y el 15 marzo regresa a Palos… ¡solo 7 meses y doce
días! Impensable hoy en día. Los tiempos (el transcurrir de los segundos) se
han convertido en la moneda de cambio. La inmediatez.
¿Recuerdan ustedes cuando había carretes de fotografía que
había que llevar a revelar? ¿Recuerdan la emoción de la espera y la alegría o no del resultado? Ahora es más
sencillo. Poneros ahí. Morritos. Clic y ¡a ver, a ver!
Con ello no quiero decir que no esté de acuerdo con que las
cosas vayan deprisa. Que la información audiovisual sea inmediata. Todo tiene
sus ventajas y sus inconvenientes. A Einstein se le atribuye una frase que me
gustaría traer a colación: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra
humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”
La suerte que tuvo este visionario es que no la vio. Y la cuestión es que
no es una generación sino la primera y todas las que siguen.
Pero no hay que ser hipócritas. Yo también utilizo las nuevas tecnologías
nacidas del ingenio de mentes nacidas en la tecnología y las ciencias. Me aprovecho
de ellas. Escribo en un ordenador, con un procesador de textos (tan listo, tan
listo que incluso me corrige si me equivoco), utilizo las redes sociales, y
busco en Internet, y llevó teléfono móvil (que más que un teléfono es un
ordenador con cámara de fotos para ¡A ver, a ver!
En resumen, recuerdo un baldosín en una vieja taberna a la que acudía con
mi padre cuando terminábamos de trabajar los viernes; decía algo así como: El
animal que menos bebe es el camello. Bebe y no seas camello” ;me gustaría adaptarla:
“El humano que no lee es uno más de la manada, lee y salte de la manada.”