viernes, 9 de marzo de 2018

CONSIDERACIONES SOBRE LA ACTUAL SITUACIÓN DE LA LECTURA




Me voy a atrever con esta entrevista a profesor Carlo García Gaul aparecido en https://elpais.com/elpais/2018/02/05/eps/1517841144_118374.html.
Primero indicar que es “catedrático (emérito) de Filología Griega en un mundo que le ha vuelto la espalda a los saberes clásicos”…  “Hace poco fue elegido para ocupar el sillón J de la Real Academia Española.”
Ahora los alumnos leen muy poco. Fuera de lo que es obligatorio, no saben nada. Pasan mucho tiempo dedicados al móvil y no les queda casi nada para leer.”
"Eso le debe parecer un horror, ¿no? Soy sobre todo lector y todo lo que he escrito tiene que ver más con mis lecturas y menos con mis experiencias personales. Para mí, leer es entrar en un mundo de horizontes casi diría que infinitos. Y donde hay figuras dramáticas y situaciones y épocas que son mucho más interesantes que mi propio contexto. Quien no lee está limitado a sus circunstancias más próximas: los vecinos, la tele, los juegos. Para mí, la lectura es como un campo de correrías. Siempre he leído y he escrito lo que me ha gustado. Seguramente por eso soy mal ejemplo para filólogos. Decía Martín de Riquer en una entrevista, aunque no es del todo exacto: “Yo no he trabajado nunca. Todo lo he hecho por placer”. Yo creo que no es incompatible lo uno con lo otro, pero a mí me pasa lo mismo: todo lo he hecho por placer. Cuando llegue al más allá no haré reclamaciones.”
"¿Cómo ve las cosas ahora? Hay un prejuicio funesto que es el de la rentabilidad. Obtener algo de inmediato, que la gente estudie para colocarse. Conocer unas cuantas materias y un poco de inglés. Creo que todo eso es un empobrecimiento. El ser humano tiene unas capacidades imaginativas, y de memoria y de entendimiento, que se abren con la cultura. Pero eso a los Gobiernos de ahora no les interesa. No es rentable para ellos como políticos y, piensan, tampoco es rentable para los que tienen que colocarse. Pero reducir la vida a eso es un poco triste. Hay tiempo para todo: se puede ser un buen lector y un buen ingeniero. Esta es una batalla, la batalla de las humanidades, perdida. En grandes líneas. Pero puede haber focos de resistencia. Hay que volver a las barricadas, individuales y de pequeños grupos. El ­lector seguirá existiendo, aunque sea en este mundo hostil. Serán minoría, pero existirán. La lectura está unida a la crítica y a los grandes horizontes. La gente que no lee es gente de mentalidad muy reducida: viven en la prisión del presente.
"¿Hay alguna salida? Es difícil. La vulgaridad tiene siempre a su favor la facilidad. Es muy fácil ser vulgar, ser como todos, el mínimo común denominador. Es lo que hay.”
En mi humilde opinión, esta entrevista no tiene desperdicio. Para los que nos gusta leer y escribir debería de ser un punto de encuentro y lucha.
Pertenezco a la ya casi extinta rama de Bachillerato de Letras Puras: latín y griego. De las de antes de morirse Franco. Es cierto que ya entonces éramos minoría (una clase y pequeña). Ahora el profesor o profesora de latín o griego tienen en los institutos (que yo conozco) como mucho diez.
Las humanidades no sirven para ser productivos. No sirven para ganar mucho dinero por eso, como dice le profesor “…Hay un prejuicio funesto que es el de la rentabilidad. Obtener algo de inmediato, que la gente estudie para colocarse. Conocer unas cuantas materias y un poco de inglés. Creo que todo eso es un empobrecimiento.”

Las lenguas muertas están muertas y enterradas. La filosofía se enseña pasando de puntillas sobre ella. Las antiguas letras fallecieron hace tiempo. Las universidades de “letras” sirven para muy poco (en cuanto a salidas profesionales). Estudia una carrara ( o grado) y después, si tienes ganas, haces algo de letras…, sería la consigna actual.
Otro tema es la lectura. Cierto es que los temas de lectura que llevan los currículum de ESO y Bachillerato son como para darles de comer a parte. El lenguaje de Cervantes está más lejos que Parque Jurásico (la película, no sea que haya que leer). Don Juan Tenorio, de ese tal Zorrilla (con perdón por el taco) no es más que un manipulador, machista y maltratador y que, además, habla en verso. Y no hablemos de “El Lazarillo de Tormes”, maltratado, explotado, un modelo de lo que no hay que hacer con un niño.
Después de estas consideraciones socarronas, me gustaría volver a la verdad. El latín se extingue… siempre y cuando no sirvan para los latinajos de los abogados.
El latín y el griego se extingue… siempre y cuando no sirvan para diferenciar el argot médico o farmacéutico.
La Filosofía se extingue… siempre y cuando no se pueda llevar al cine.
La lectura pierde adeptos. Pero no es la lectura, es el esfuerzo el que pierde adeptos. La lectura de imágenes gana adeptos día a día. Leer, es decir decodificar signos gráficos, requiere algo que se está perdiendo: tiempo.
El tiempo es un bien preciado que hay que devorar como si nos faltara. La inmediatez mata la curiosidad. También facilita la comunicación instantánea. Vamos a hacer un ejercicio de imaginación (sí, eso de las películas en las que le personaje pone los ojos en blanco o se funde la imagen y aparece en otro sitio). Colón “tropieza” con América en 1492.
Como dice la gran enciclopedia del saber mundial, la Wikipedia: Salió de puerto de “Palos el 3 de agosto de 1492 y se dirigieron a las Canarias, donde se tuvo que arreglar el timón de la Pinta. El 16 de septiembre, las embarcaciones alcanzaron el mar de los Sargazos y el 12 de octubre llegaron a "la isla de Guanahani". Colón siguió con su periplo por El Caribe llegando a Cuba el 28 de octubre y a La Española el 5 de diciembre. El 24 de diciembre la Santa Maríaencalló en las costas de La Española y con sus restos se instaló el Fuerte Navidad. La expedición emprendió el regreso el 16 de enero de 1493 y unos días más tarde una tormenta separó las dos naves. La Pinta, al mando de Pinzón, llegó a Bayona (Galicia)a finales de febrero y anunció a los Reyes Católicos el descubrimiento.1​ Entre tanto, la Niña, en la que viajaba Colón, hizo escala el 17 de febrero en la isla portuguesa de Santa María, en las Azores, y el 4 de marzo recaló en Lisboa, tras siete meses y doce días de viaje. El día 15 Colón regresó al puerto de Palos y el mes siguiente fue recibido en Badalona por los reyes.”
Es decir, salen el 3 de agosto. Llegan 12 de octubre. Emprenden regreso el 16 de enero y el 15 marzo regresa a Palos… ¡solo 7 meses y doce días! Impensable hoy en día. Los tiempos (el transcurrir de los segundos) se han convertido en la moneda de cambio. La inmediatez.
¿Recuerdan ustedes cuando había carretes de fotografía que había que llevar a revelar? ¿Recuerdan la emoción de la espera y la  alegría o no del resultado? Ahora es más sencillo. Poneros ahí. Morritos. Clic y ¡a ver, a ver!
Con ello no quiero decir que no esté de acuerdo con que las cosas vayan deprisa. Que la información audiovisual sea inmediata. Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. A Einstein se le atribuye una frase que me gustaría traer a colación: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”
La suerte que tuvo este visionario es que no la vio. Y la cuestión es que no es una generación sino la primera y todas las que siguen.
Pero no hay que ser hipócritas. Yo también utilizo las nuevas tecnologías nacidas del ingenio de mentes nacidas en la tecnología y las ciencias. Me aprovecho de ellas. Escribo en un ordenador, con un procesador de textos (tan listo, tan listo que incluso me corrige si me equivoco), utilizo las redes sociales, y busco en Internet, y llevó teléfono móvil (que más que un teléfono es un ordenador con cámara de fotos para ¡A ver, a ver!
En resumen, recuerdo un baldosín en una vieja taberna a la que acudía con mi padre cuando terminábamos de trabajar los viernes; decía algo así como: El animal que menos bebe es el camello. Bebe y no seas camello” ;me gustaría adaptarla: “El humano que no lee es uno más de la manada, lee y salte de la manada.”