jueves, 27 de enero de 2022

LA VERDAD

Cuando volvía a casa se encerraba en su habitación. Llevaba casi dos meses con esa rutina callada. La primera vez que su madre intentó consolarlo, le dijo que era por una chica y la sacó de la habitación de malos modos. No se atrevía preguntarle. Le oía llorar y se le rompía el alma. Luego, tras un buen rato, salía con los ojos enrojecidos. Se sentaba a cenar en silencio. Hasta aquel fatídico día en el que, ya sin él, descubrimos la verdad.




miércoles, 26 de enero de 2022

PRIMAVERA

Bellas, coloridas y efímeras flores exhalan su elixir polínico sobre un ambiente cálido, aterciopelado y perfumado. Millones de entes autónomos flotan casi ingrávidos en un mar de vientos flojos. Contemplo el espectáculo invisible con lágrimas en los ojos y fuertes hipidos que terminan en continuos, imparables y estruendosos estornudos.


miércoles, 19 de enero de 2022

ALMA DE PERRO

 


Desde hace bastantes años vivo en casa de unos señores muy amables. Tienen una niña pequeña y hemos crecido juntos. Le gusta jugar conmigo y yo le araño de mentiras. También me gusta que me rasque la tripita,pero no que me estire del rabo

Esta mañana me he despertado casi de noche y, aprovechando que la ventana estaba abierta, he saltado a la calle. Mientras caía he decidido que iría a cazar perros. 

He atravesado al jardín del vecino. No estaba el gato. He pasado poco a poco, vigilando. 

Al final de la calle hay un descampado enorme. Allí se reúnen los perros y ese será el punto para cazary romperle el cuello a alguno.

Estaba preparado. El perro enorme, de cola corta y aspecto fiero sería mi presa…

De pronto se me ha parado una mosca en los bigotes y de un zarpazo, la he alcanzado y ha caído muerta. Entonces me he dado cuenta: ¡soy un gato, los perros coger las moscas a mordiscos y los gatos cazan perros!Menos mal que la ventana seguía abierta porque si no aquella jauría me hubiera destripado.

328.


miércoles, 12 de enero de 2022

LA CASA DE LA ABUELA


La casa de la abuela era un caserón de tres plantas. Durante muchos años se fue cubriendo de hiedras. Había de hoja ancha, de hoja estrecha, verdes, blancas e incluso una de flores moradas que se abrían y se cerraban con el sol. Una hermosura que, sin embargo, daba un poco de miedo. Cuando murió la buena mujer, su hija y única heredera mandó quitar las hiedras. Tras dos meses de trabajo se retiraron miles de quilos de hojas; para los troncos hubo que utilizar motosierras, y tractores para arrancar los tocones. Cuando se vio desnuda, se derrumbó.