martes, 8 de noviembre de 2022

ERA ÉL


Ayer encontré el modelo a seguir. Mi ídolo, mi guía espiritual. Fue de manera fortuita: al entrar en un baño inmenso me vi reflejado. Ahora solo me falta saber cómo se comporta e intentar hacer lo mismo que él. No sé si lo conseguiré, pero me voy a esforzar.




martes, 18 de octubre de 2022

EL SOLO HOMBRE

Llegó el día que en los seres humanos que habitaban aquel mundo inventaron la comida artificial. Ya no necesitaría trabajar las tierras, cuidar del ganado ni padecer las inclemencias del cambiante tiempo atmosférico. Todo se creaba en las fábricas con un compuesto secreto. Esta bonanza hizo que la población aumentara de manera exponencial. El Solo Hombre era el dueño de la fórmula. Para evitar que pueblos extranjeros pudieran robar el secreto, se fortalecieron y blindaron las fronteras. La gran expansión de la población hizo que necesitaran más espacio y ocuparon casi todas las tierras de los alrededores. La dependencia de El Solo Hombre les impedía alejarse. Lo tenían todo. Con el tiempo se limitó el crecimiento de la población, estableciendo el número necesario para vivir con comodidad. Todo su mundo era aquel estado de paz y sin más necesidad que seguir viviendo.

            Cierto día, uno de los habitantes de aquel idílico espacio, encontró un hueco por el que entró y se halló en un lugar diferente. La gente trabajaba los campos, sudaba y reía. Eran felices. Había flores de olores profundos, de colores brillantes. Encontró un objeto que desconocía, de aroma delicioso, dulce y recubierto de una extraña pelusa que le acariciaba. Se lo llevó a la boca. No recordaba haber probado nunca algo tan extraordinario. El jugo se escurrió por la comisura de los labios. Se lo limpió con la manga de su chaqueta gris dejando una marca que perfumaba la prenda después de haber acabado con aquella ambrosía.


             Volvió a su mundo. A la mañana siguiente contó a sus compañeros lo que había visto, oído, saboreado y vivido. Les habló de aquel sitio desconocido lleno de estímulos, feliz y luminoso. Sus compañeros avisaron a los jefes que lo pusieron en conocimiento de El Solo Hombre. No volvieron a saber de él.




martes, 12 de julio de 2022

DE PASEO POR LA MEDINA


Una turista europea se ha extraviado en la medina de la ciudad. Tras iniciar la búsqueda por parte de la policía local y no obtener resultados, se retiran hasta el día siguiente.

Sobre las dos de la mañana, tres lugareños salen corriendo de una tienda del bazar seguidos de una rubia desnuda, de hermosos senos y gran falo.  


lunes, 20 de junio de 2022

LOS VELATORIOS

 



Los tanatorios han terminado con el ritual de velar los muertos en casa. Antes era otra cosa. Llegaban los del ocaso —nombre genérico que se daba a todas las empresas de pompas fúnebres—, preparaban al finado, subían el féretro, ponían los velones y te lo dejaban preparado. La familia se encargaba de colocar las sillas para velar al difunto. Y de espantar las moscas.

En otra habitación se reunían conocidos y familiares que alaban al muerto. Siempre era un ser inmejorable, que era una lástima que se fueran los mejores y otras mil frases hechas. Entre esa fauna que discurría por la casa se podía encontrar uno muy particular: un señor de edad incierta, vestido de negro, con bastón y que ponía cara de circunstancias. De vez en cuando exclamaba aquello de «no somos nada». Se acercaba al superviviente le daba un apretón de mano o dos besos —según su sexo— y después de permanecer unos minutos en posición de rezo, se dirigía a la cocina a por el refrigerioLo encontré en varios velatorios de conocidos. Nadie sabía quién era y tampoco se lo preguntaron. Era una figura más. Lo que me dijeron es que, con la llegada de los tanatorios, el pobre hombre murió de pena… y de hambre. 


 

martes, 31 de mayo de 2022

DANZA INTERRUMPIDA

El polvo cubría toda la casa. Cinco años de abandono había dejado una pátina parduzca que dormitaba tranquilidad y que solo trasgredía la entrada de los primeros rayos del sol. Cuando el astro conseguía atravesar la ventana por las pequeñas rendijas, comenzaba una danza en la que el externo ponía el foco y el interno el baile. Los dos se perseguían hasta que él desaparecía. El otro le esperaría al día siguiente. Era una hermosa relación que ambos mantenían viva. 

Un día, mientras danzaban, la puerta de la casa se abrió. Varias personas entraron y fueron removiendo el polvo. El baile fue una discoteca dislocada. Abrieron puertas y ventanas. Llegaron las aspiradoras y los paños. Con ellas, una nueva vida entraba en la casa y una bella historia de amor terminaba.




martes, 24 de mayo de 2022

AUDITORIO

 El escritor desgranaba su ponencia sobre el microrrelato y sus bondades. Cantaba las excelencias y ventajas del género mientras, entre el público un grupo de ruidosos vejetes se cachondeaban de él. Casando de las interrupciones y las risitas, el ponente les mandó callar y ellos, ni cortos ni perezosos se levantaron: solo eran Chejov, Follet, Dostoievski y Cervantes.




miércoles, 18 de mayo de 2022

LA LISTA DE LA COMPRA

 LA LISTA DE LA COMPRA

 

Esta mañana se ha marchado antes que yo. Anoche me dijo que volvería tarde y que hiciera yo la compra. Por supuesto querida. Dejaré la nota en la nevera. Lo tendrás todo como un chico obediente que soy. He cogido la nota sin mirarla y me la he metido en el bolsillo de la camisa. Lo haré esta tarde, me he dicho.

Después de trabajar, me he acercado al super. He sacado la nota y me he quedado de piedra. Ponía:

            FALTA

—Espaguetis.

—Macarrones.

—Arroz.

—Besos.

—Caricias.

—Tomate frito.

—Hamburguesas.

—Pasión.

—Noches de sexo loco.

—Amaneceres de sexo desenfrenado.

—Manzanas.

—Naranjas.

—Y mucho amor.

Si ni lo traes todo, no hace falta que vuelvas.


LA LISTA DE LA COMPRA

 

Esta mañana se ha marchado antes que yo. Anoche me dijo que volvería tarde y que hiciera yo la compra. Por supuesto querida. Dejaré la nota en la nevera. Lo tendrás todo como un chico obediente que soy. He cogido la nota sin mirarla y me la he metido en el bolsillo de la camisa. Lo haré esta tarde, me he dicho.

Después de trabajar, me he acercado al super. He sacado la nota y me he quedado de piedra. Ponía:

            FALTA

—Espaguetis.

—Macarrones.

—Arroz.

—Besos.

—Caricias.

—Tomate frito.

—Hamburguesas.

—Pasión.

—Noches de sexo loco.

—Amaneceres de sexo desenfrenado.

—Manzanas.

—Naranjas.

—Y mucho amor.

Si ni lo traes todo, no hace falta que vuelvas.





 

miércoles, 20 de abril de 2022

INVERSIONISTAS


Solo para inversionistas con visión de futuro.

La empresa MMM3, S.U.L, creada y gestionada por un lobby que ha trabajado desde hace más de dos décadas en los mercados emergentes, quiere ampliar el capital social de la empresa.

El objeto de esta propuesta es la comercialización de productos de alta gama de empresas supranacionales de altísima penetración y rotación en el mercado. En este caso se trata de la mundialmente conocida Pepsico. Y más en concreto, el conocido como DONUT y sus derivados.

Antes de que el mercado mundial conozca nuestros productos es necesario cerrar los acuerdos y comenzar la comercialización.

Algunas de las características del negocio son:

—No es perecedero.

—Se comercializa en exclusiva mediante correo y RR SS

—No requiere almacenaje.

—No requiere logística.

 

Inversión desde 150 (ciento cincuenta) euros. Pude obtener cuantas participaciones desee. Avalado por el Mercado Nacional de Valores.

Según los estudios de mercado, nuestra empresa crecerá este año un 132% llegando a alcanzar la cifra de 23.050.245,00 tras de impuestos.

Para más información, conteste a este anuncio por privado.


martes, 12 de abril de 2022

EL MARIDO IDEAL

 Deambuló por el cementerio durante días. Era su rutina al salir de trabajar y antes de regresar a su casa. Recorría las calles paralelas con obsesión y leía las dedicatorias escritas en el mármol. Tardó más de un año en encontrarlo. Sí, era él, sin duda. «Aquí yace Antonio, gran hombre, mejor amante, padre ejemplar y amigo de sus amigos».

Todos los días regresaba a aquella tumba, la limpiaba con esmero y cada aniversario le ponía flores.

Cierto día, una encargada del recinto se le acercó al ver la dedicación de aquella mujer.

—Siento su pérdida. Debía de ser un gran hombre. Le echará usted de menos.

—No le conocía. Solo vengo a estar con él porque, según reza aquí, es todo lo que me falta en casa.



(Por favor, no se lo tengáis en cuenta, el pobrecito estaba aprendiendo a escribir al dictado)

martes, 5 de abril de 2022

LA SIESTA

 Ayer volvió a despertarme de la siesta.

Esta semana no ha faltado un solo día. Él y su toquecito de timbre. Y los perros ladrando. Y yo que quién, y él que yo y yo, que quién es yo y él que vaya ya me he vuelto a equivocar. Y yo que ya podías mirar, imbécil. Y él, no te sulfures, vieja. Y yo me callo.

Pero ayer fue distinto.  Él y su toquecito de timbre a la hora de la siesta. Y los perros ladrando. Y yo que quién, y él que yo y yo, que quién es yo. Y él que vaya ya me he vuelto a equivocar. Y yo que ¿otra vez? Y él, cállate, momia. Y yo que he bajado las escaras con la escopeta de mi pobrecico Carlos, que en paz descanse. Y él ¿qué vas a hacer? Y yo que ya lo verás. Y los perros ladrando después de las dos detonaciones.


viernes, 18 de marzo de 2022

EL CUENTO DE LOS CERDITOS


 

—Tío, cuéntame un cuento.

—Espera un poco que estoy acabando el libro.

—No puedo, quiero que me cuentes un cuento ya.

—¿No puedes esperar?

—No. Y si no me lo cuentas empezaré a berrear y no te dejaré leer.

—Vale. Termino esta frase y te lo cuento.

—Que no, ¡Ahora! ¡Ya! 

—Vale, vale, no te sulfures.

—¿Cuál me vas a contar, tío?

—Uno de unos cerditos

—¡Los tres cerditos!

—A ver si me acuerdo.

—Seguro que sí.

—Empiezo: Había una vez una piara de cerdos.

—Una qué.

—Una piara.

—¿Y eso qué es?

—Muchos cerdos

—No es así. Eran solo tres cerditos.

—Vaya. Que vivían en un piso de alquiler.

—Otra burrada. Vivían en el bosque

—Los iban a desahuciar por no pagar el alquiler

—¡Ala!, eran felices.

—Jolín, parece que no acuerdo bien.

—Eso parece

—Además, hacienda iba tras ellos.

—Otra mentira, era el lobo.

—Bueno, da igual. Así que decidieron huir de la justicia y se fueron a una isla.

—¡Que no! Querían hacerse una casita para cada uno.

—Eso. El que estaba marcado con el número cincuenta y ocho mil doscientos treinta y cinco…

—Pero ¡qué dices! Uno la hizo de paja.

—Ah. Fue al banco a pedir un préstamo porque no tenía bastante dinero para terminarla.

—¡Otra burrada! La acabó enseguida y se tumbó a dormir.

—No sabía. Bien, otro, una hembra de color sonrosadito…

—¡En el cuento no hay chicas!

—¿No? Bueno, pues un macho de quinientos cuarenta y dos kilos y medio.

—¡No hay cerditos tan gordos!

—Yo creía que sí

—Pues no, listo. Déjalo. No sabes contar cuentos. Me voy a jugar.

—Tendré que volver a leerlo porque creo que no me acurdo de nada.

—Si, mejor será. Eres muy malo contando cuentos, tío— dijo la niña saliendo de la habitación y dejando al tío terminar tranquilamente el libro

https://elnarratorio.blogspot.com/p/antologia-literaria-digital-nro73.html


viernes, 11 de marzo de 2022

EL HOMBRECILLO



Kevin y Charlie eran dos muchachos marginales. Les gustaba vestir como los skinhead. Siempre con el pelo rapado con cresta, botas militares con puntera reforzada. Ambos habían dejado los estudios a los dieciséis años. No les hacía falta más, aunque no consiguieron pasar de segundo de la E.S.O.

Ahora, con dieciocho y sin oficio ni beneficio, se dedicaban a sacarles a sus padres lo que podían. Y cuando no lo conseguían, daban tirones, cometían pequeños hurtos o intimidaciones. A veces no por el dinero, sino por gusto de aterrorizar a los demás. Siempre iban juntos y cuando se le cruzaba algún incauto al que no le había dado tiempo para cambiar de acera, recibía una buena cantidad de golpes.

Kevin, que en realidad se llamaba Francisco y su madre le llamaba Paquito, era el mayor por dos meses. Se hacía el jefe. No en balde, había pasado dos veces por la fiscalía de menores y estuvo encerrado casi nueve meses: eso le daba halo de hampón.

Charlie se llamaba Cristóbal. Y en casa le llamaban Cris. Odiaba su nombre y a sus padres. Fueron muy estrictos con él, hasta que un día le pego un puñetazo a su padre. No quisieron denunciarlo, pero desde entonces procuraban no enfadarlo. El día que se hizo el tatuaje con KKK, los padres no se atrevieron a preguntar. Tampoco lo hicieron cuando apareció con el número 88 en el cuello. Al llegar a la mayoría de edad dejó claro que no les iba a hacer caso y que viviría allí hasta que le diera la gana.

Aquella tarde salieron a dar una vuelta. Cerca de la casa de Charlie guardaban sus armas: un bate metálico de béisbol, dos puños americanos y una navaja de mariposa. Cuando caminaba con el bate al hombro parecían los de La Naranja Mecánica.

Iban sin rumbo fijo. Asustaron a un vendedor ambulante de cachivaches que recogió y echó a correr en cuanto los vio. Una anciana les llamó la atención; la zarandearon y se rieron de ella. Después siguieron caminando y contándose esas dos hazañas.

Cruzaron varios campos hasta llegar a una estación de metro en superficie. Ya había anochecido. Se sentaron en un banco, se fumaron un porro y se bebieron cuatro cervezas que robaron en el chino. Después de varios escupitajos, numerosos eructos y alguna que otra ventosidad, empezaron a aburrirse. 

Charlie se levantó, le quitó el bate a su compañero y le pegó a una farola tan fuerte que cayó el globo de cristal haciendo mucho ruido. Las risotadas se oyeron en todo el andén.
—Tío, casi te cae encima.
—Qué va, ya lo sabía.

Tampoco les duró demasiado el entretenimiento. Rápidamente volvían a estar ociosos Y entonces lo vieron: un hombre en la parte contraria del andén, con su traje, su sombrero y un maletín. Justo frente a ellos. No se habían dado cuenta. Se dieron codazos y sin mirarse se comunicaron.

Buscaron las escaleras, bajaron y subieron corriendo. Al momento estaba frente a él. Se sentaron cada uno a un lado. Charlie le quitó el sombrero. Kevin le sacó la corbata y se sonó la nariz. Para acabar le eructaron a la vez en la cara.
—¿Te ha gustado, imbécil?

El hombre no contestó. Miraba al frente y parecía tranquilo. Aquello todavía les envalentonaba más. Kevin se puso delante de su nariz. El hombre seguía sin mover un músculo. El muchacho no se lo pensó y le pegó un puñetazo que le hizo sangrar. Cogió unas cuantas gotas de sangre y se las extendió por la cara.
—Y ahora, ¿estás mejor?

El hombrecillo seguía sin mostrar ninguna inquietud. Kevin estaba fuera de sus casillas. Buscó la navaja, con maestría la montó y la desmontó varias veces delante de los ojos del hombre que parecía no verlo. Hizo algunas pasadas cada vez más cerca hasta que le cortó en la mejilla izquierda. Un corte profundo que comenzó a sangrar. La sangre le manchó el cuello de la camisa y continuó su camino.

Faltaba poco para que llegara un tren en sentido contrario. Apareció al otro lado un grupo de chavales que observaron lo que estaba pasando. Uno de ellos gritó y Kevin se volvió enseñándole el puño americano. Rápidamente escaparon por la salida, mientras alguien de la cuadrilla llamaba a la policía.

Kevin agarró la navaja y la blandió. Charlie estaba a su lado, esperando ver cómo le daba un estoconazo. El chaval agarró la navaja apuntando hacia arriba. Quizás intentaba pincharle en el abdomen. Cuando se dirigía a su destino, el hombre se incorporó, le agarró la mano con maestría, le golpeó en el codo y con un movimiento relámpago hizo que diera la vuelta. Se la clavó en el cuello. Kevin cayó de rodillas, agarrando la navaja. No se le ocurrió otra cosa que quitársela. Un chorro de sangre arterial salió como de un surtidor. Desde el suelo, miró a su amigo pidiéndole sin palabras que le ayudara, mientras se le escapaba la vida en cada latido.

Charlie estaba paralizado, con el bate desmayado y el puño americano en la otra mano. Se había quedado helado. Nunca pensó que alguien pudiera hacerle nada malo a su amigo. El hombre lo miraba sin decir nada, quizás esperaba que tomará una decisión. Y tomó la peor que podía: tiró el puño, agarró el bate con las dos manos, lo llevó hasta la espalda y se preparó para asestarle un golpe mortal. Mientras el bate iba describiendo el círculo, el codo de aquel enclenque personaje le impactó en la nuez. Se oyó un ruido seco, apagado. Charlie dejó de sujetar el bate, que cayó con estruendo, y se llevó las manos a la garganta. Le faltaba el aire. Empezaba a ponerse azul. Cuando por fin acabó en el suelo, el hombre se volvió a sentar tranquilamente en el banco, seguro de que aquellos dos ya no iban a molestar nunca más a nadie.

Esta fue la escena que encontró la policía cuando llegó. Lo detuvieron. Se lo llevaron a comisaría. El hombre no quiso declarar. No quiso abogados. Solo esperó. Al cabo de dos horas lo pusieron en libertad.

La policía no pudo esclarecer su identidad. No llevaba documentación y sus huellas no figuraban ni en los archivos nacionales ni en la Interpol. A la salida del juzgado, le esperaba un coche con matrícula diplomática.

Manuel Serrano Funes, España © 2022












https://home.cc.umanitoba.ca/~fernand4/hombrecillo.html


miércoles, 9 de marzo de 2022

MODESTO


Solo lo había sentido dos veces en mi vida. La primera en la catedral de Chartres, en Francia; la segunda, ante el David de Miguel Ángel en Florencia.  Hoy me ha ocurrido de nuevo. Veía algo que me emocionaba, que llenaba mi alma ante tanta belleza. Cuando pude salir de mi ensimismamiento abrí la puerta espejo de mi armario de baño y saqué mi navaja de afeitar.



miércoles, 2 de marzo de 2022

LA PASTORCILLA


La pastorcilla llora junto al río. Es mediodía y su llanto desconsolado le llena de color las mejillas y las lágrimas resbalan desde su hermoso busto hasta el agua, salándola un poquito.

    —¿Por qué lloras, pastorcilla? —se interesa un pichón hermoso.

    —Mi pastorcillo se machó y solita me dejó. Ahora debo de cuidar el rebaño yo solita. En mi casa nadie me esperará y nadie me dirá: te quiero, pastorcilla.

    —¿Por qué se marchó?

    —No lo dijo. Solo se marchó. ¡Y decía que me quería!

    —Te quería, pastorcilla.

    —Mentira. No me quería. Yo a él sí. Y le creí. Por él dejé mi familia y hasta aquí le seguí y ahora se ha marchado sin mí.

    —No te apures, pastorcilla, yo te cuidaré de noche y de día —. Ella lloraba junto al río que se iba tornando de plata.

Sola y triste regresa a la choza que compartía con su pastorcillo. Cuando el sol roza la cumbre, llora en soledad.

    —¿Por qué te has ido, pastor ingrato? ¿Por qué has abandonado a tu pastorcilla? ¿Acaso no sabes que llora sin parar camino de vuestra choza? —decía al viento el  pichón al viento para que se lo hiciera saber.

    La noche cubre con su negro manto el valle, el río y la chocita. El río corriendo veloz y la pastorcilla llorando. De pronto la pastorcilla deja de llorar; esconde su llanto en la noche, su pena en el río y le dice a la fresa brisa, para que se lo diga:

    —¡Tú te lo pierdes! —Y cuando dejó caer su vestido el pichón se hizo hombre.





 

viernes, 25 de febrero de 2022

REFLEXIONES PARA UNA MAÑANA DE VIERNES



Nadie en su sano juicio podía pensar que el Gran Oso dormido, nostálgico de poder, borracho de amor patrio, iba a ser capaz de dejar pasar la oportunidad de hacer valer su fuerza.

Cada cierto tiempo las armas de una y otra parte tienen que salir a pasear para beneficio de los distintos países fabricantes. Rusia no se detendrá hasta que esa rica (sí, intereses geopolíticos, estratégicos y económicos son los motores de esta barbarie) región sea un nuevo cáncer en la marcha de la todo poderosa Rusia.

Antes de que cayera el muro teníamos una Guerra Fría, ahora varias decenas de años después tenemos una Guerra Caliente. Esto no parará mientras las consecuencias de la lejana Segunda Guerra Mundial no queden en el olvido.

Y lo peor no es que los soldados (que para eso están) vayan a pegar tiros y que los militares de alta gradación (como el vodka que trasiegan, perdón quería decir, graduación) dispongan quiénes tienen que luchar, eso sí, desde sus despachos y a miles de kilómetros… lo peor son las víctimas civiles, los ancianos que no van a querer dejar sus casas, las viudas, los niños que vivirán el terror de las bombas de aquellos que no hace tanto eran sus hermanos.

Y mientras tanto, la comunidad internacional, y la inútil ONU, creada para que no volviera a haber una guerra (me refiero a la Primera) y regida por los más belicosos y asesinos de siempre (rusos y norteamericanos) diciendo lo que la maestra a los niños del colegio «No seáis malos».

También es cierto que esta barbarie nos queda más cerca de casa y eso nos preocupa. También es cierto que las consecuencias económicas y sociales las pagaremos todos porque lo buitres que se hacen ricos con los conflictos bélicos ya se han preparado para tener sus reservas llenas y venderlas a precio de oro.

¿Qué ocurriría se boicoteáramos a los productos provenientes de Rusia? ¿Qué ocurriría si dejáramos de consumir combustibles, como hicimos con el confinamiento, y demostráramos otra vez que otra forma de protesta es posible?

Terminemos con una media sonrisa:

En un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme ocurrió lo siguiente:

Un hombre grande y fuerte estaba dándole una paliza a un niño. Un señor que pasaba por allí se acercó y le dijo:

—Oiga no haga eso, ¿no ve que es pequeño?

—¿Y a usted qué le importa?

—¡A que no es capaz de darle otro tortazo? —dijo el buen samaritano.

Y el hombretón le metió otro golpe que dejó temblando al pobre niño. Se encaró con el hombre y le dijo:

—¿Y qué pasa?

El buen samaritano lo miró enfadado y volvió a retarlo. El bruto no dudo de a pegarle al pobre niño y a encararse con el hombre. Pasado un cuarto de hora de repeticiones se resolvió el conflicto:

—Vale ya está bien que va a matar al niño.

Pon nombres al agresor, al niño y al meto-me-en-todo.


miércoles, 23 de febrero de 2022

DEMASIADA TELEVISIÓN



Ayer encontré un bolso abierto con bastante dinero dentro. Miré hacia todos los lados. No había nadie. Me agaché. Había un montón de billetes 200 euros enfajados. Una maravilla. Mi imaginación voló pensando en todo lo que podía comprarme. Pero, no sé por qué, se me ocurrió que podía ser el botín de unos ladrones y que me encontrarían y me matarían. Y si no eran ellos, la policía los podría haber marcado y llevarían un chip de localización. También podía proceder de dinero sucio, dinero de las drogas, dinero lavado. En ese caso, casi peor. Recordé aquello de la corbata colombiana y me vi la lengua aparecer por el corte de mi garganta.

Otra opción podría ser dinero de un secuestro. Seguro que en cuento intentara llevármelo me caerían encima y que acabaría en la cárcel.

Decidí no tocarlo. Me levanté y cuando iba a marcharme apareció un hombre arrastrando un carrito lleno de trastos, cogió el bolso y lo echó encima de todo y se marchó


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martes, 15 de febrero de 2022

LA PREFERIDA



 

Llegó al hotel en el que ejercían las mejores chicas de la ciudad.

—¿Paloma?

—Está ocupada. Pase y tómese algo, invita la casa.

Dos gin tonic después apareció Paloma. 

Fueron juntos a la habitación. Se quitó la chaqueta, se soltó la corbata, se libró de los zapatos y aflojó el cinturón del pantalón.

—¿Lo de siempre, Pascual?

—Sí, por favor —contestó con ansiedad.

Y charlaron como amigos durante una hora.



miércoles, 9 de febrero de 2022

LA TRAICIÓN

  

 

Mediante el grupo de Whassap se reunieron en una cantina cercana. La cerraron solo para. María Magdalena tuvo que hacer las gestiones y dar un adelanto para que así fuera.

Pasaron nota para que cada uno se apuntara para cenar. Podían elegir entre filete de Kobe a la naranja y lubina a la sal.

La mayoría eligió la lubina para ayudar al bueno de Pedro.

A la hora convenida fueron acudiendo. En total eran trece. Más María y otra mujer. Cenaron con agrado. No faltó la Coca-Cola, la cerveza, el agua con gas, la gaseosa y el vino. A los postres se levantó Jesús a hacerles uno de sus discursitos. Judas sacó el móvil. No lo dejaba nunca. Andrés que estaba a su lado le dio un codazo. Levantó la cabeza y siguió escuchando. Cuando acabó la cena pasaron la cuenta. Sin saber por qué a Jesús se la pagaron entre todos. Utilizaron Bizum. Es más cómodo.

Lo que sabríamos más tarde es que el imbécil de Judas mandaba todo por audio a los romanos. También fue él quien envió la localización cuando lo detuvieron en el Monte de los Olivos,

Nada de esto habría pasado si hubiera un inhibidor de frecuencia en el pueblo.



martes, 1 de febrero de 2022

ÚNICO TESTIGO

—¿Está usted seguro?

            —Seguro.

            —Bien, cuéntemelo otra vez.

            —¿Otra vez?

            —Si, otra vez.

            —Está bien. Serían las cuatro de la mañana. Me desperté para ir al baño. El de mi habitación está estropeado y tuve que ir al de la planta baja. Entonces oí cómo se rompía un cristal y voces, creo que cuatro o cinco, cuchicheaban. Me dio miedo. Me encerré el bañó y busqué algo para defenderme. Solo tenía la escobilla. La así como un hacha. Temía que entrar, pero no entraron. Oí ruidos arriba. Mis hijas gritaban. Después el silencio. Oí a mi mujer pelear a gritos con ellos. Al final volvió el silencio. Al poco rato salieron los malhechores y yo subí a las habitaciones. Toda mi familia estaba muerta.

            —Bien, ahora cuéntemelo otra vez y procure que el número de malhechores sea el mismo y que su arma siga siendo la escobilla del váter. Ya no me vele la lima de uñas ni la laca ni la esponja de sus hijas.

 



 

jueves, 27 de enero de 2022

LA VERDAD

Cuando volvía a casa se encerraba en su habitación. Llevaba casi dos meses con esa rutina callada. La primera vez que su madre intentó consolarlo, le dijo que era por una chica y la sacó de la habitación de malos modos. No se atrevía preguntarle. Le oía llorar y se le rompía el alma. Luego, tras un buen rato, salía con los ojos enrojecidos. Se sentaba a cenar en silencio. Hasta aquel fatídico día en el que, ya sin él, descubrimos la verdad.




miércoles, 26 de enero de 2022

PRIMAVERA

Bellas, coloridas y efímeras flores exhalan su elixir polínico sobre un ambiente cálido, aterciopelado y perfumado. Millones de entes autónomos flotan casi ingrávidos en un mar de vientos flojos. Contemplo el espectáculo invisible con lágrimas en los ojos y fuertes hipidos que terminan en continuos, imparables y estruendosos estornudos.


miércoles, 19 de enero de 2022

ALMA DE PERRO

 


Desde hace bastantes años vivo en casa de unos señores muy amables. Tienen una niña pequeña y hemos crecido juntos. Le gusta jugar conmigo y yo le araño de mentiras. También me gusta que me rasque la tripita,pero no que me estire del rabo

Esta mañana me he despertado casi de noche y, aprovechando que la ventana estaba abierta, he saltado a la calle. Mientras caía he decidido que iría a cazar perros. 

He atravesado al jardín del vecino. No estaba el gato. He pasado poco a poco, vigilando. 

Al final de la calle hay un descampado enorme. Allí se reúnen los perros y ese será el punto para cazary romperle el cuello a alguno.

Estaba preparado. El perro enorme, de cola corta y aspecto fiero sería mi presa…

De pronto se me ha parado una mosca en los bigotes y de un zarpazo, la he alcanzado y ha caído muerta. Entonces me he dado cuenta: ¡soy un gato, los perros coger las moscas a mordiscos y los gatos cazan perros!Menos mal que la ventana seguía abierta porque si no aquella jauría me hubiera destripado.

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